Gato

Gato
paraedolia

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sombra azul


Un cuento tejido con música


http://www.youtube.com/watch?v=eWUe-iwyB2M&feature=fvst

Se desvaneció en el sillón de orejas, frente aquella cómoda azabache que conservaba aún aquella vieja foto raída por el tiempo.

Qué noche tan negra se avecinaba, y que poca expresión en aquel rostro vacilante por el exceso de cansancio que, poco a poco, iba depositando su mejilla rosada en el suave respaldo. Sus labios carmín se difuminaron con el tacto de la tela y una lágrima descendió hasta besarla, en un intento efímero de consolarla.

Qué sola estaba.
Sin saberlo su alma había alzado el vuelo para perderse por siempre en el etéreo, sin saber que el cuerpo le resta anclado por siempre en medio del viento galopante, sin saber que sigue andando....
Y aquí está.... con los ojos entrecerrados mirando al infinito que resulta no ser otra cosa que el papel de la pared, mientras las lágrimas esculpen en ella una tristeza aterradora, mientras su frágil cuerpo se desliza entres suspiros por el respaldo que la sostiene, mientras deposita sus sueños en el panteón de lo imposible...

Yace en el suelo, la mirada perdida y el corazón impasible. Sin importarle el frío que se filtra por el mármol azotando su espalda desnuda. De nuevo solloza... y de pronto se incorpora.

Se acerca a la ventana y a través de su reflejo cristalino observa su demacrada figura y las facciones de su cara, antes risueñas, muestran ahora el dolor m´s inconcebible.

Frente al espejo del tocador, se cepilla cientos de veces la larga melena rubia, cien golpes y cien deseos fracasados.
Y una vez más, se perfila los labios, como queriendo acentuar la sonrisa forzada que mostrará más tarde en el concurrido salón de baile, donde todos la esperan, donde todos la admiran... donde todos quizás la envideien con la inútil ternuda de quien se fascina por una estrella del todo fugaz.

Y entra, cual estela presa del luto más intenso, y todos la miran, un cuerpo siempre pálido con su traje de olvido viajando hacia la nada.
Las canciones se besan, y ella firme ante todo sigue presa de la incondicional tristeza que le trenza el alma.

Sale al jardín, la luz de la luna ilumina sus pasos hacia el lago, dónde poco a poco se sumerge.

Surcos del azul más puro la acogen y en tenebroso abrazo la secuestran, el hechizo del agua detiende los instantes y... sucumbe.


Confusión de la nada resuelta en melodia.

Yo la vi... borrarse entre la sombra húmeda.